El Pórtico de la Gloria de Villaamil, el cuadro ‘maldito’ en la Moncloa

Rojos, azules, blancos, negros y dorados. ¿Alguien asociaría el Pórtico de la Gloria, joya indiscutible de la Catedral de Santiago, con estos vibrantes colores? Pues a pesar de que nuestros ojos no pueden contemplarlos, esos eran los tonos que lucía una de las mayores joyas del patrimonio artístico gallego y meta última de todo peregrino.

La exposición Camino. El origen ofrece la posibilidad de imaginar cómo era ese Pórtico colorido gracias a un óleo del pintor romántico Jenaro Pérez Villaamil, cedido por Patrimonio Nacional para esta muestra. Aunque fantasioso en muchos detalles, este cuadro de 1849 –que puede verse en la segunda planta cerrando la parte dedicada al Peregrino- ayuda a recrear el pórtico original.

Pocos años después de que Villaamil decidiese inmortalizar su beleza, en 1866, el italiano Domenico Brucciani, por encargo del museo británico Victoria & Albert de Londres, obtuvo el permiso para elaborar una reproducción en escayola a tamaño real del Pórtico que aún hoy puede verse en el museo de South Kensington. Mas el vaciado de los moldes acabó por llevarse todos los restos de la policromía, dejando el Pórtico de la Gloria tal y como hoy lo conocemos.

Mas el cuadro de Villaamil no destaca solamente por ser la única muestra de la policromía do Pórtico, sin por su condición de cuadro “maldito”. Perteneciente a Patrimonio Nacional, su destino fue el Palacio de la Moncloa. Pero no en sus paredes. Cuenta la leyenda que ninguno de los presidentes del Gobierno de la actual democracia quiso tener en sus salas este Villaamil. ¿Por qué? Eso queda ya a la libre imaginación de cada uno.

Exposiciones & Intervenciones
Santiago de Compostela, 12 de Mayo de 2015