Boris Savelev. Viewfinder, una forma de mirar

BORIS SAVELEV. Viewfinder, una forma de mirar es la retrospectiva más amplia realizada hasta ahora del fotógrafo Boris Savelev (Chernivtsi, Ucrania, 1947), artista premiado en PHotoEspaña 2024 cuya mirada se forjó en la Unión Soviética en los años 70. Fue allí, primero como parte del prestigioso club Novator y más adelante como freelance para publicaciones rusas y extranjeras, donde comenzó a capturar instantáneas al margen de los temas preestablecidos y las rígidas reglas estéticas del sindicato oficial de fotógrafos.

La exposición, comisariada por Adam Lowe, recorre seis décadas en las que Savelev se convirtió en un incansable cazador de la vida anónima de las ciudades, elmento fundamental en su búsqueda por revelar la fragilidad el tejido urbano. Chernivtsi, Moscú, San Petersburgo, Nueva York, Londres, Madrid, Dresde o Vigo, ciudad que lo acogió tras abandonar su país natal después de la invasión rusa, aparecen retratadas en la muestra en diferentes épocas. En todas ellas, a pesar del paso del tiempo, somos capaces de compartir el punto de vista del fotógrafo, y comprender lo que está mirando en cada momento. Instantes en los que los detalles —la tapa de una alcantarilla, un asombra, un rayo de luz— transmiten emociones y nos descubren una realidad poética y compleja.

Del blanco y negro a la fotografía digital

BORIS SAVELEV. Viewfinder, una forma de mirar está formada por 103 fotografías de diferente formato, acompañadas por material diverso del archivo personal de Adam Lowe y de Boris Savelev, así como tres videos que ahondan en su proceso creativo y muy especialmente en su afán por perfeccionar los procesos de impresión de la imagen.

El recorrido comienza en blanco y negro, con aquellas imágenes que Boris Savelev capturó en la década de los 70 e inicios de los años 80, cuando se inició como fotógrafo independiente en Moscú, tras terminar sus estudios de ingeniería aeroespacial. Continúa por aquellas ciudades que marcaron su trayectoria dentro y fuera de Rusia, para terminar con una sección dedicada a Galicia, con instantáneas tomadas en los últimos tres años, a partir de que el artista establece un pequeño estudio y cuarto oscuro en su casa de la ciudad olívica.

Galicia en la mirada de Savelev

Con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, Boris Savelev y su mujer, Natalia Bohomaz, huyeron de Chernivitsi y se refugiaron primero en Madrid y después en Cambados y Vigo, donde residen actualmente. Desde su llegada, el fotógrafo ha preparado e impreso ocho portfolios que recogen la obra de su vida hasta la fecha, y ha seguido tomando fotografías con las que  ampliarla, esta vez con la Galicia urbana como telón de fondo.

En el Museo Gaiás se exhiben por primera vez media docena de instantáneas inéditas realizadas por Boris Savelev entre Santiago de Compostela, Vigo, Lugo y Cambados, con las que ha dado forma a su nuevo portfolio Diario galego.

Sus característicos juegos de luces y sombras, y el retrato de la rutina anónima en las calles siguen presentes en unas imágenes que tan solo somos capaces de situar de manera aproximada en el espacio y en el tiempo por detalles presentes en la arquitectura, en las ropas o en elementos como letreros, vallas de obras o mobiliario urbano.

Atrapar e imprimir la luz

 «Necesito controlar el cor, aquí, allá... en todas partes» 

El encuadre —nunca recorta sus imágenes— el color y el contraste de luces y sombras son fundamentales para Boris Savelev, y los procesos de impresión se han mantenido como una obsesión y un campo de pruebas constante a lo largo de su trayectoria profesional. Su formación científica y su carácter perfeccionista lo han llevado a experimentar con diferentes técnicas para conseguir reproducir de la manera más fiel posible lo que captaba a través del visor de la cámara.

Es un experto impresor de cuarto oscuro que realiza sus propias copias con sales de plata, y también ha probado con los procesos utilizados por los pictorialistas: impresiones con goma bicromatada, calitipia, impresión con platino y paladio, impresión con carbono y muchos más.

A partir de 1995, cuando conoce a Adam Lowe y a Gerard Anière en su taller Decalcomania en Londres, se abren para Boris Savelev nuevas posibilidades para producir impresiones de sus fotografías por transferencia de pigmentos multicapa. Su amplia experiencia en este campo lleva a que en 1997 sea invitado a España por el Centro I+D de la Estampa Digital de la Calcografía Nacional para impartir talleres en los que fusionaba procesos tradicionales y digitales.

En 2007, el estudio Factum Arte, fundado también por Adam Lowe, construyó una impresora plana especial de inyección de tinta capaz de construir una imagen por capas a la medida de Boris Savelev. La mayor parte de las fotografías de Boris Savelev. Viewfinder, una forma de mirar, han sido reproducidas con esta impresora especial sobre paneles de aluminio recubiertos de gesso, una mezcla blanca que suele utilizarse para imprimar lienzos y otras superficies antes de pintar. Este proceso permite aplicar varias capas de color cuidadosamente controladas, que son finalmente enceradas y pulidas para darles su acabado definitivo, similar en textura al de la pintura realista.

 
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